miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ninguna de sus certidumbres valía un cabello de mujer

Recuerdo el avión. Recuerdo a mi hermano. No sé qué año era, ni de qué país volvíamos. Últimamente creo que estoy senil. Yo ya no quería a nadie, pero mi vida no tenía sentido sin ti, y así sigue siendo. Recuerdo que llorabas y me decías que no hacía falta que fuera médico, que sólo querías que fuera feliz.